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La Mujer no solo con sus movimientos llenan de belleza y elegancia a los escenarios gaiteros, también lo hace cuando toca la gaita que con sus interpretaciones magistrales deleita al publico.

La hembra gaitera

Por: Kevin Torres Mendoza

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Es necesario aclarar que con este nombre (Gaita), identificamos un ritmo y un aire musical que nos permite viajar en el tiempo y recorrer una historia, convirtiéndose en patrimonio para nuestro caribe. La gaita como instrumento musical que llena de sabor a cualquier cuerpo celeste de este planeta, también es un instrumento de resistencia a aquellas adversidades que marcaron nuestras vidas de dolor y se mantiene firme para darle identidad al pueblo caribeño.

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La Gaita también se viste de mujer

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La gaita se ha posesionado como elemento fundamental en los ritmos caribeños con la presencia en el escenario de un gaitero. Viejos maestros que desde los inicios de la gaita fueron intérpretes y aun son reconocidos por su trabajo como: Medardo Padilla, Toño Cabrera, Sixto Salgado, Encarnación Tovar, Fernando Márquez, los hermanos Lara, entre otros, han sido hitos en la interpretación de este instrumento musical.

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En los últimos años, entra en la escena musical la presencia de un ser que lucha, de un ser que se ha mantenido y ha estado presente en la gaita, ese ser es “la mujer”, no solo por motivos de inspiración o por la importancia de su trabajo en la parte organizacional, desde los comités de apoyo, hasta formar parte de la junta directiva de festivales, sino por incursionar en terrenos hasta entonces exclusivos para hombres como la elaboración de gaitas e instrumentos de percusión, donde era considerada débil y solamente se tenía en cuenta para bailar o cantar, este hecho ha cambiado desde que Norela Prada, del grupo “los de la vereda de Cartagena”, rompió con la tradición y esas creencias, también recordar a Mirian Castro del grupo Milloson y Tania Cabrera.

Desde entonces se ha visto desfilar por las tarimas de festivales, en el caso del festival de gaitas en Ovejas y San Jacinto, mujeres entre hombres, pero especialmente grupos netamente femeninos, que viste a la gaita de belleza y elegancia deleitando al público con sus interpretaciones magistrales.

La fuerza de la mujer en la Gaita

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la vida de la mujer caribeña no ha sido fácil y mucho menos para incursionar en el mundo de la gaita, pero antes de ingresar en este mundo gaitero tuvo que pasar muchos desafíos y tropiezo, como fue la llegada de los grupos al margen de la ley donde, no solo fue utilizada como material de guerra y objetivo militar, sino que se vio obligada hacer cabeza única del hogar, luego de ver a sus hombres en huir o ser asesinados.

 

Pero a pesar de esta situación la mujer seguía en la lucha de mantener viva esa tradición musical y ser parte del escenario gaitero, para ellos, muchas tuvieron que enfrentar los embates del machismo, la burla, el descreimiento, la descalificación, la desconfianza no solo por parte de los portadores mayores, sino por mujeres y hombres de esa generación. Todo esto fue erradicado por completo porque la mujer cumplió con su objetivo y vencido estos obstáculos empieza entonces a ser ejemplo de las nuevas generaciones, modelo de fuerza, decisión, disposición, competencia y amor. Es por eso que el papel que juega la mujer en la gaita se refleja como el ser que ha persistido en el tiempo.

La equidad de género en la gaita

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Para este aire musical “la Gaita",  permite posicionar una concepción holística acerca de las reconstrucciones y relaciones de género y favorece posturas que entienden las relaciones mujer-hombre en el escenario gaitero, como dinámica y entramados en los que ambos, sin desconocer los factores patriarcales de desigualdad y ventaja, juegan "en la misma cancha".

 

Este modelo de concebir las relaciones de género es más cercana al pensamiento caribeño, ya que se entiende que tanto hombres y mujeres, como entre y con el resto de seres que construyen el mundo/la naturaleza, no hay compartimientos estancos, sino imbricaciones, corresponsabilidades y reciprocidad, por ello la pertinencia del trabajo mixto en la gaita, así haya momentos en los que se trabaje exclusivamente con la mujer o hombres, pero en estos casos la mirada analítica siempre está siendo relacional.

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